Un mal entreno
Hoy iba con una gran motivación y ganas de entrenar al entreno de volleyball playa. Tenía ganas de mejorar, sobre todo en las cosas que todavía me cuestan. Además, estaba feliz porque quien me entrena es parte de la selección nacional de volleyball playa del país, así que me emociona que sea él quien me entrene. Pero a mitad del entreno, empecé a desanimarme. Las cosas no me estaban saliendo como quería y encima llegaron las niñas de la selección y se quedaron viendo. Ahí empezaron los pensamientos intrusos, como que no voy a mejorar, que van a pensar que no puedo jugar y cosas así. Y por pensar todo eso, al final entrené peor. Perdí la concentración, la energía y la confianza. Al día siguiente me sentí aún más mal, porque sé que no aproveché el entreno como quería por mi actitud en ese momento.